El tema de la muerte puede resultar polémico, pero lo que pasa después de la muerte ha de ser más polémico aún. Algunos piensan que tras la muerte el individuo ha de dormir hasta esperar la resurrección del cuerpo. En este artículo sólo tocaremos un verso, dicho por Pedro en una de sus cartas.
El apóstol Pedro creía claramente que, después de su muerte, estaría cara a cara con Su Creador. El testimonio de Pedro es comúnmente pasado por alto, pero es muy revelador. El apóstol está consciente de que la hora de su muerte está cerca, y escribe en su segunda epístola:
"sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado. También yo procuraré con diligencia que después de mi partida vosotros podáis en todo momento tener memoria de estas cosas." (2Pedro 1:14,15).
Un análisis del griego, en este versículo, revela tremendas verdades y nos aclara cuán profunda es la inspiración del Espíritu Santo es las Escrituras. Pedro escribe: "sabiendo que en breve he de abandonar el cuerpo" (literalmente: "sabiendo que viene rápidamente el levantamiento de mi tienda de campaña"); "procuraré que después de mi partida" (griego: "meta ten emen exodon"); "podáis en todo momento tener memoria de estas cosas."
¿Qué quiere decir todo esto? Pedro sabía que moriría pronto, y finalmente fue martirizado alrededor del año 68 d.C. La palabra que Pedro utiliza aquí es "exodon", y se traduce por partida. Vine nos cuenta que este término significa "un camino de salida", y es una palabra que nunca expresa la idea de dejar de existir o morir, sino que indica traslado a otro lugar, pasar por una vía. Y es interesante el hecho de que los israelitas que cruzaron el mar rojo no quedaron inconscientes después de cruzarlo, sino que estaban vivos después de haber cruzado. Salir, no significa dejar de existir, sino trasladarse a otro lugar.
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