La existencia de Dios: El Argumento Teleológico















Por Pablo Hoff y David Miranda |

El argumento teleológico o de designio (la palabra griega telos significa designio o meta). Es obvio que hay orden, diseño y designio en el mundo. El universo es un cosmos y no un caos porque todo es gobernado por leyes naturales. Por ejemplo, las estrellas siguen en su trayectoria, la tierra gira una vez sobre su eje cada 24 horas y alrededor del sol una vez cada año.

Hay una intrincación asombrosa en el sistema del mundo; todas las cosas son interrelacionadas, interdependientes y sincronizadas. Como un reloj indica que hubo un relojero y como un proyecto señala que hubo un proyectista, el mundo ordenado y sujeto a las leyes naturales indica que hubo una Mente infinitamente sabia detrás de él. No puede ser que sea un producto de "fuerzas naturales" y mucho menos del azar. El gran Diseñador es Dios y el universo es su hechura.

Un ejemplo del designio divino en el universo es el agua, una sustancia extraordinaria y absolutamente esencial para la vida. Es ideal para formar la base de la sangre y de la savia. El agua tiene un alto calor específico, algo necesario para mantener estables las reacciones químicas en el cuerpo. Si tuviera un bajo calor específico, la sangre herviría cuando la persona hiciera el mínimo esfuerzo físico.

Además, el agua, como disolvente, no se compara con ningún otro líquido, disuelve ácidos, bases y sales. En la sangre disuelve por lo menos 64 sustancias. Un fluido como la sangre o la savia Sirve perfectamente para transportar sustancias alimenticias a las células de los seres Vivientes y las plantas.  Así que, sin agua, ni los animales ni la vegetación podrían recibir los nutrientes que necesitan.

La manera en que se congela el agua demuestra también el  designio divino en la naturaleza A medida que el agua de los lagos y de los mares se enfría, se hace más pesada y se hunde Esto hace que el agua más liviana y más carente suba a la superficie Sin embargo, a medida que el agua se acerca al punto de congelación, el proceso se invierte. Cuando se convierte en hielo por congelación, flota. El hielo obra como aislante e Impide que las aguas más profundas se congelen, y así protege la vida submarina.

Si no fuera por esta cualidad singular, cada invierno sería mayor la cantidad de hielo que se hundiría al fondo, donde los rayos del sol no podrían derretirla el verano siguiente. Con el transcurso de los años, gran parte del agua de los ríos y de los lagos se convertiría en hielo que no se derretiría.

El océano es el gran termostato de la tierra. Se necesita una pérdida enorme de calor para congelar el agua Así que el océano amortigua el calor intenso del sol en el verano y el frío intenso en el invierno. A menos que las temperaturas de la superficie de la tierra fuesen moderadas, los seres vivientes serían cocinados o congelados.

Docenas de otras combinaciones de fenómenos hacen posible un mundo habitable ¿Pueden ser accidentes o el mero resultado del azar? ¡Imposible. Se ve la sabiduría infinita del Creador detrás de su maravillosa hechura.


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