La Biblia de los testigos de Jehová está repleta de diferencias ineludibles ante los ojos de todo verdadero creyente, y la mayoría de estas diferencias tiene que ver con la Persona de Jesucristo, el cual es minimizado doctrinalmente por esta secta. En este artículo veremos una de estas diferencias.
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy. (Juan 8:58)
En el evangelio de Juan tenemos una de las citas más empblemáticas de Jesús respecto a Su Deidad. En una clara confrontación con algunos judíos, Jesús se refirió así mismo como el Yo Soy, identificación directa con el Yo Soy que se le presentó a Moisés en Éxodo 3. Los judíos entendieron el mensaje de Jesús y quisieron apedrearle por blasfemia.
Este pasaje es tan notorio que los traductores de la Biblia de los testigos de Jehová no perdieron el tiempo para tergiversarlo, y traducirlo de la siguiente forma:
"Jesús les dijo: Muy verdaderamente les digo: Antes que Abrahán llegara a existir, yo he sido”
El énfasis está puesto sobre quien es el Señor antes de que Abraham naciera. ¿Tiene algún problema que Jesús haya dicho que nació antes que Abraham? Francamente no. De hecho, unos versos antes, fue precisamente eso lo que quiso decir cuando dijo: "Abrahán el padre de ustedes se regocijó mucho por la expectativa de ver mi día, y lo vio y se regocijó”. (8:56), lo cual los judíos lo entendieron como nada realmente importante, a lo que Jesús intensificó por mil su declaración al decir, no sólo que es antes de Abraham, sino que es el Yo Soy. Eso encolerizó a los judíos...
La expresión "Yo Soy" corresponde al griego "ego eimi", el cual, en palabras de A.T. Robertson, el erudito mejor informado del griego de la Biblia, no está condicionado por el tiempo, es decir, es un presente no sólo continuo, sino eterno, que no indica un punto de origen desde cuando haya comenzado a ser, ni un punto final donde esto termine.
Pero la desfatachez de los traductores de la nuevo mundo no tiene límites, pues de todas las veces que aparece esta expresión "ego eimi" siempre la tradujeron bien, es decir, "Yo Soy", excepto esta de Juan 8:58, lo que no nos parece extraño, pues una declaración como ésta echaría por tierra su doctrina de que Cristo es un mero hombre, sujeto eternamente a Jehová, y que han etiquetado como una especie de semi-dios.
Robertson culmina diciendo:
"Es indudable que aquí Jesús proclama su existencia eterna con la frase absoluta que se emplea de Dios. El contraste entre genesthai (la venida de Abraham a la existencia) y eimi (el ser atemporal) es absoluto."
No hay argumento posible para traducir lo que la traducción Nuevo Mundo ha puesto en este verso.
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