¿Por qué creer en la Creación y no en la Evolución?

por Juan Valles

Para ir respondiendo a esta interrogante, es preciso conocer lo que significa creación. Un destacado diccionario la define como “Acto del libre albedrío de Dios por el cual hizo todo el universo para su propia gloria, sin valerse de materiales ya existentes”. En la actualidad, la creencia en la evolución se arraiga progresivamente, de tal manera que aun en los creyentes esta idea ha venido tomando cierta fuerza.

La evolución propone que todo lo que vemos es producto de una casualidad, gracias a sucesos y procesos aleatorios que durante “n” cantidad de miles de años, evolucionaron en diversas formas para llegar a lo que vemos hoy día. Cuando veo cosas como ésta, no puedo dejar de recordar las palabras de Kennedy en su libro “Porqué Creo” (Editorial Vida), donde expresa: “El Doctor Duane Gish, notable biólogo, dice: “La evolución es un cuento de hadas para adultos”. Para mí, es exactamente eso. En los cuentos de hadas de Grimms, alguien besa a una rana y en dos segundos ésta se convierte en príncipe. Ese es un cuento de hadas. En la evolución, alguien besa a una rana y en dos millones de años ésta se convierte en un príncipe. Y a eso lo llaman ciencia. Es simplemente una fe”.

Como cristianos, porqué debemos creer en la creación? Primeramente porque la Biblia lo dice. La Biblia atestigua que Dios creó todo lo que existe, y que antes de esto no había nada material, pues ni siquiera el tiempo existía. Los evolucionistas dicen a menudo que la creación es débil, pues no tiene argumentos, pero obvian que la evolución es una fe, pues no hay rastros de ella sino en las mentes de quienes la han creído.

Algo que no puede dejar de sorprenderme es el valor que se le da a la evolución. En los libros de escuela, aun desde muy temprana edad suele enseñársele a los niños que la evolución es un hecho real, cuando realmente no deja de ser una mera teoría.

Imagínese usted creer que todo es el resultado de casualidades, como si fuéramos un mero accidente en el Universo, y que de ser así ni existe Dios ni propósito alguno para nuestras vidas. ¿Cómo es posible que gracias a estas casualidades exista tanta diversidad de seres, tanta maravilla inexplicable, tantos detalles que nos benefician? Samuel Vila dice que ¿Cómo es que no se han dado todas estas afortunadas casualidades ni en la Luna ni en Marte ni en ninguno de los satélites desprendidos del sol? Nuestra respuesta, amigos, es que no son casualidades, sino un bien atinado propósito de parte de aquel Ser Sapientísimo, que ha existido y existe detrás de la materia, a quien llamamos Dios.

Kennedy argumenta que en el Universo todas las cosas están diseñadas con un propósito. Los evolucionistas dicen que somos parte o el resultado de un terrible accidente, simplemente la concatenación de átomos que se unieron por azar durante años. Pero en el Universo hay infinitas evidencias de que existimos para un propósito, y que esto no puede ser obra de la casualidad, sino de un extraordinario diseñador. Cito a Kennedy que dice: “Consideremos la masa y el tamaño de este planeta en que hemos sido colocados. Son justamente los correctos. El doctor Wallace dice que si la Tierra fuera un diez por ciento mayor o menor de lo que es, no sería posible la vida en este planeta. Además está justamente a la distancia correcta del Sol… Si la tierra estuviera más lejos de él, nos congelaríamos; y si estuviera más cerca, como a la distancia que están Mercurio o Venus, no podríamos sobrevivir.”

Además de lo antes expuesto, hay que considerar la inclinación del eje de la Tierra (ningún otro planeta está inclinado como el nuestro) a 23 grados a fin de que voltee todas sus partes ante los rayos del sol. También está la luna. Sin la luna no sería posible vivir; sin la atmósfera que tenemos no podríamos vivir en este planeta. Además, sólo en la Tierra podemos hallar agua en cantidad, sin la cual la vida en este planeta no sería posible. Consideremos también la capa de ozono, consideremos el ciclo del nitrógeno y el polvo de la tierra, consideremos los rayos que caen sobre la tierra, incluso consideremos la Luna. Es imposible obviar tantos elementos que se combinan para darnos la vida, y que no están presentes sino aquí en nuestra Tierra.

La Biblia dice que Dios nos creó, que creó los cielos y la Tierra. Entonces, ¿que valor le das a la Biblia ? Un cristiano sincero debería darle una autoridad indiscutible a la Biblia, es decir, la Biblia debería tener la última palabra en cualquier punto de nuestra vida. Pero es triste ver como la gente le resta importancia a lo que dice la Biblia considerándola total o parcialmente como una fábula. En la Biblia, Dios mismo nos dice cual fué el orígen de nuestro universo, de la vida y de todo cuanto nos rodea. Si la consultamos, podremos saber que es lo que realmente sucedió, no lo que pensamos que pudo haber sucedido… sin más pruebas que datos imprecisos que consideramos como precisos.

La evolución como tal, no deja de ser más que un tipo de religión más en nuestro entorno. Yo como Cristiano creo que en el principio Dios creó todo. Un evolucionista cree que en el principio todo se creó de algo…. algo que desconoce pero que de ahí partió. A final de cuentas, aún el evolucionista necesita un acto de fe inicial para su "teoría". La diferencia está en que un evolucionista no sabe lo que vendrá al final….yo como cristiano, si lo sé, pues lo encuentro escrito en la Biblia.