La Biblia y la Sola Scriptura



Bien es sabido que en la Iglesia católica romana la Biblia es utilizada como regla de fe. Pero también es sabido que la biblia no es la única autoridad en tales asuntos, sino que también la tradición ocupa un lugar prominente, acompañando a la Biblia en sus decisiones y enseñanzas. Esto marca un contraste con los que creemos en la sola scriptura, es decir, que la Biblia sea la única regla y autoridad.

No deja de ser común que partidarios del catolicismo exijan pruebas bíblicas de la “sola scriptura”, alegando que la Biblia no debe ser la única autoridad, o que Jesús no mandó a escribir un Nuevo Testamento, etc. Para ello, vamos a presentar algunos textos que certifican que sólo la Biblia es digna de ser tomada en cuenta como el único manual y regla para los asuntos inherentes al cristianismo. Comencemos…

Primero: La Biblia es la expresión de Dios
«Toda la Escritura es inspirada por Dios y es útil para enseñarnos lo que es verdad y para hacernos ver lo que está mal en nuestra vida. Nos corrige cuando estamos equivocados y nos enseña a hacer lo correcto.» -(2timoteo 3:16, NTV)

Este texto no nos habla de qué libros son inspirados o no, pues ni pretende hacerlo. Pero sí pretende decirnos que sean cuales sean los libros de la Biblia, (o los que se tenían para ese momento, es decir el AT y los libros del NT ya escritos y que hoy, luego de escritos, se refiere a todos) éstos deben decirnos la verdad y nos muestran lo que está mal en nuestras vidas, corrigiéndonos y enseñándonos a hacer lo correcto. Eso lo hace la Biblia. Sin embargo, comienza con una declaración sorprendente: la Biblia no es producto de hombres, es inspirada por Dios.

Greg Bahnsen dice:
«Este es universalmente reconocido como el pasaje clave para establecer el hecho de la inspiración divina de la Escritura. La palabra en griego subyacente a “inspirada por Dios” es theopneustos. Es una palabra pasiva que significa “soplo de Dios.” La palabra no habla de inspirar sino de espirar. No de Dios inhalando sino de Dios exhalando. La Escritura aquí es hablada como un producto final exhalado por el soplo creativo de Dios—sin referirse a como el hombre la recibe (ya sea escrita personalmente por Dios como en Éxodo 31:18 o dada a través de la mediación de un profeta).»

En un salto de irracionalidad y a fin de reconocer la tradición por encima de las Escrituras, algunos apologistas católicos (y uno que otro fanático) me ha dicho que Jesús no mandó a nadie a escribir el Nuevo testamento. Pero no han leído bien el texto que acabamos de mencionar: la Escritura es inspirada por Dios, es decir: es de origen divino, y cada una de sus palabras fue inspirada, ehalada, dicha por Dios. Aun el deseo de escribir cada línea fue provisto por Dios.

William Mc Donald, en su comentario a este texto, dice que «de forma milagrosa, Él comunicó Su palabra a los hombres y los condujo a escribirla para ser preservada de manera permanente. Lo que ellos escribieron era la mismísima palabra de Dios, inspirada y sin error.»

El diccionario Webster define la inspiración de esta manera: «Es la influencia sobrenatural del Espíritu de Dios ejercida sobre la mente del hombre, influencia que capacitó a los profetas, apóstoles y escritores sagrados para exponer la verdad divina sin mezcla de error.»

Hay Más…
«entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo». (2Pedro 1:20,21)

James G. McCarthy, en su libro “El Evangelio Segun Roma” nos dice:
«La palabra traducida "interpretación" significa resolver o explicar. Pedro está diciendo que ningún escritor del Nuevo Testamento simplemente registró su propia explicación de lo que había oído y visto que Jesús enseñaba y hacía. La Escritura "nunca fue traída [originada] por voluntad humana" (2 P. 1:21).»

Algunos pretenden hacer creer que este texto sólo refiere a “interpretar” privadamente la escritura, y no es lo que Pedro intenta decir. A. T. Robertson señala que «Pedro no está aquí advirtiendo en contra de una interpretación personal de la profecía, como pretenden los catolicorromanos, sino en contra de la insensatez de profetas espontáneos sin impulso de parte de Dios.»

La Nueva Traducción Viviente (NTV) vierte el pasaje de esta manera:
«Sobre todo, tienen que entender que ninguna profecía de la Escritura jamás surgió de la comprensión personal de los profetas ni por iniciativa humana. Al contrario, fue el Espíritu Santo quien impulsó a los profetas y ellos hablaron de parte de Dios.»

Y esto nos confirma el hecho de que la escritura es originada, impulsada, producida por Dios, no por hombres, no por la Iglesia, no por concilios ni organizaciones humanas, es de origen divino y ello le da la sola autoridad para regir los asuntos de fe, por encima de cualquier autoridad humana y aun de la iglesia.

Con estos textos basta para declarar la sola scriptura. Dios inspiró su palabra, la protegió y la hizo posible hasta hoy. En una expresión de su Personalidad, de su Ser, que es Eterna y no cambia. Estos detalles son motivos suficientes para colocarla por encima de todo designio humano. Y ejemplo tenemos en nuestro Señor Jesucristo, quien siendo Dios tuvo que someterse a esa palabra y enseñar en base a ella, utilizando expresiones como "como dijo el profeta...", o "como está escrito". No es algo para tomar a la ligera: Jesús no dejó otra opción.


 Sólo y únicamente de la Palabra de Dios
Un ejemplo claro de lo que venimos hablando ocurre cuando Satanás tentó a Jesús y salió con las tablas en la cabeza, no logró su cometido. Pero se llevó unas respuestas de Jesús acerca de la Biblia que dicen más de lo que a simple vista parece. La NTV vierte así el pasaje de Mateo 4:4
«Pero Jesús le dijo: —¡No! Las Escrituras dicen: “La gente no vive sólo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios»

Aunque todo el verso es importante, haremos énfasis en «…sino de cada palabra que sale de la boca de Dios». La versión RV60 dice: «sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» La idea es la misma: vivimos únicamente de cada palabra que sale de la boca de Dios. El lenguaje que utiliza el Señor Jesús es exclusivo, significa “únicamente”, “solamente”, “exclusivamente”. No podemos vivir de otra cosa que de la Palabra de Dios. Dicho de otra manera: no hay lugar para la tradición, sino para lo que Dios dice, lo cual es, como dice Hebreos 4:12, «viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.»


¿Por qué creo en la sola scriptura?
La Biblia no me da otra opción: me dice que sólo la palabra de Dios es digna de confiar. Y fíjese que los escritores del Nuevo Testamento (y aun nuestro Señor Jesús) no dejaron de referirse a las Escrituras como la base para sustentar sus afirmaciones. ¿Un ejemplo? Para que Pablo pudiera afirmar esto, tuvo que sustentarse en la Escritura: «Porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas» (Gal 3:10).  Pedro también quería enseñar algo, y no había tradición alguna que lo respaldase, en cambio dijo: «porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo» (1Ped 1:16). Incluso Jesús, siendo Dios, tenía que sustentar sus afirmaciones en las Escrituras: «Escrito está en los profetas: Y serán todos enseñados por Dios. Así que, todo aquel que oyó al Padre, y aprendió de él, viene a mí» (Jn 6:45). Si Jesús, los apóstoles, los profetas y cada escritor bíblico sustentaron sus afirmaciones en la Palabra de Dios, ¿quiénes somos nosotros para pasar por encima a eso?


¿Y qué de las menciones de la tradición?
En la Biblia de Jerusalén leemos:
«Así pues, hermanos, manteneos firmes y conservad las tradiciones que habéis aprendido de nosotros, de viva voz o por carta.» (2Ts 2:15).

Aquí, la palabra “tradición” es el griego “paradosis”, que la RV60 traduce como doctrina, y significa una enseñanza que se transmite entre uno y otro. Pero este texto no niega la sola scriptura. Las enseñanzas orales de los apóstoles lo eran mientras iban escribiendo la doctrina en cartas o evangelios, y estas enseñanzas (orales y escritas) no eran excluyentes, eran retransmisiones: se escribía lo que ya se había dicho oralmente, y se decía oralmente lo que ya estaba escrito. De hecho, que las enseñanzas o doctrinas se trasmitieran de forma oral significa que aún quedaban apóstoles vivos y escribiendo el Nuevo Testamento.
No hay razón para pensar que se trata de validar la doctrina fuera o ajena a la Biblia.

Un pasaje similar se encuentra en 1Corintios 11:2, donde Pablo dice:
«Os alabo porque en todas las cosas os acordáis de mí y conserváis las tradiciones tal como os las he transmitido.» (Biblia de Jerusalén).

Pablo había dado instrucciones a la iglesia en Corinto. Estas instrucciones, doctrina y enseñanza cristiana, habían sido tanto orales como escritas. ¿Cómo sabemos lo que Pablo enseñó a los corintios? Tenemos dos cartas enteras donde da innumerables detalles. ¿Apoya este versículo la idea de que fuera de la Biblia podemos seguir teniendo la autoridad o el mensaje de Dios? La respuesta es no.

Pero hay algunas otras menciones en la Biblia acerca de las tradiciones, y no precisamente para apoyar la idea del catolicismo. En mateo 15:3 Jesús hace una comparación entre las tradiciones y la palabra de Dios, ¿cuál es el resultado? Dice la Biblia: «Respondiendo él, les dijo: ¿Por qué también vosotros quebrantáis el mandamiento de Dios por vuestra tradición?» No hay tradición que valga cuando ya Dios ha establecido algo en su Palabra (ver Marcos 7:13).

Para finalizar, ¿qué diría algún cristiano primitivo al respecto? Ireneo nos da la respuesta, al decir:: «De nadie más hemos conocido el plan de nuestra salvación, que de aquellos a través de los cuales el evangelio ha llegado hasta nosotros, los cuales en su tiempo predicaron en público, y en tiempos más recientes, por la voluntad de Dios, nos han dejado las Escrituras, para que sean la raíz y el pilar de nuestra fe».

Confirmado.



1 comentario:

  1. Nosotros los católicos si creemos que la Sagrada Biblia es la palabra de Dios inspirada a los hombres, pero para ser entendida y no mal interpretada requiere de la ayuda del Espíritu Santo, para que haya unidad en la voluntad de el Señor a todos los hombres en la historia de la salvación, es necesario que los hombres participen y se adhieran con fe a su palabra, pues no cambia es la misma ayer, hoy y siempre, se debe mirar escudriñar en el sentir de los hombres atraves de los tiempos desde que Jesús vino a darle el real sentido cuando San Pedro se refiere, (2 Pedro 1:20,21) en este pasaje a la problemática que vivía en su tiempo, que algunos mal interpretaban la escritura y que es precisamente lo que nos esta pasando hoy día torcer el real significado de la palabra, es necesario conocer que Cristo confió sus enseñanzas a los apóstoles y ellos a sus sucesores y que en el tiempo el nuevo testamento tuvo que ser recopilado avalado y formado como un libro pues los contemporáneos de Jesús utilizaban el antiguo testamento El Señor formo una Iglesia y dio la vida por ella y la ama como su esposa la Sagrada Biblia es para el hombre y no al revés por que es ahí cuando cometemos todos los errores sea por orgullo, falta de perdón, resentimiento que hace que los hombres estemos divididos

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